Uno de los
pilares del seguro es el principio de solidaridad que se basa en el reparto del
daño entre un número elevado de personas que están amenazadas por el mismo peligro,
y que, de alguna manera, responden ante él de modo solidario.
El fraude
atenta directamente contra el principio de solidaridad y tiene efectos
perjudiciales tanto para las entidades aseguradoras como para los propios
asegurados.
Para tener
la tranquilidad de que el seguro actúa correctamente y que los bienes están
protegidos es importante que se luche conjuntamente contra el fraude en
seguros.
FRAUDE Y
SEGUROS
La mayoría
de los asegurados que actúan fraudulentamente para obtener un beneficio no son
conscientes de que pudieran estar cometiendo un delito tipificado en el código
penal.
¿EN QUÉ
CONSISTE EL FRAUDE EN SEGUROS?
El fraude
comprende todas las acciones que realizan los asegurados para obtener un
beneficio que no les corresponde o, también, los actos ilícitos que llevan a
cabo las compañías de seguros o los mediadores con sus clientes.
En el primer
caso, la mayoría de los asegurados que actúan fraudulentamente para obtener un
beneficio no son conscientes de que pudieran estar cometiendo un delito
tipificado en el código penal. Justifican su comportamiento mediante
pensamientos como:
“Es
razonable que me beneficie en un poco más de lo que me corresponde, no pasa
nada. A fin de cuentas, las aseguradoras ganan mucho dinero”.” Hace varios años
que estoy pagando un seguro y no he tenido ni un solo siniestro, es justo que
recupere “mi” dinero. Con las primas, el asegurador ya habrá obtenido sus
beneficios”
Es
importante que el asegurado tenga presente que no se puede ejercer la actividad
aseguradora sin una autorización oficial previa.
“Aprovecharé
el haber tenido un siniestro para que me repongan, modernicen y reparen otros
bienes con daños anteriores”.
“La
aseguradora tramita muchos siniestros y no va a profundizar en el mío en
concreto”.
En el
segundo caso, hay compañías o personas que tratan de operar en el mercado de
seguros sin estar inscritas ni debidamente autorizadas. Es importante que el
asegurado tenga presente que no se puede ejercer la actividad aseguradora sin
una autorización oficial previa.
Puede
parecer que en el fraude en seguros sólo haya un “beneficiado” (el delincuente)
y un “perjudicado” (la entidad de seguros). Sin embargo, esto no es así, el
fraude nos perjudica a todos.
1. A los
asegurados, porque han de soportar los incrementos en las primas, causados por
la actuación delictiva de unos pocos.
2. A los
propios defraudadores, ya que las consecuencias de su actuación pueden ser muy
importantes y algunas están tipificadas como delitos.
3. Al
asegurador, por las cuantiosas pérdidas que le causa, tanto en dinero, como en
tiempo y medios que emplea para impedirlo. Además, la inevitable subida de las
primas provoca, como consecuencia, una pérdida de cuota de mercado.
4. Al Sector
asegurador, en general, por no poder evitar una mala imagen y tener que dedicar
recursos para resolver esta situación.
Fuente:
Mapfre