La Importancia de la gestión de organizaciones​


La gestión de las organizaciones en tiempos de alta incertidumbre y vigorosa competencia, como los actuales, exige un perfil profesional de alto nivel, actualizado y humanístico, que permita hacer efectivo el tránsito del mundo de las ideas al mundo de la acción. La experiencia apoyada en aciertos o en fracasos pasados no garantiza el éxito en escenarios futuros sustancialmente diferentes a los precedentes; y, menos aún, el conocimiento en gestión basado en desarrollos del siglo XX, podrá garantizar la solución de los nuevos problemas del siglo XXI.

Ya no bastan los objetivos y la gestión por procesos, si no hay evidencia de resultados en las variables críticas de desempeño organizacional. Tampoco basta la orientación a la productividad y a la calidad, si no se hace de manera competitiva, y de cara a un contexto globalizado. Igualmente, resulta insuficiente la clásica estructura de pensamiento lineal y sistémico, requiriéndose su complementación con los aportes más recientes del pensamiento estratégico y complejo. Y más aún, ha perdido toda relevancia la tradicional investigación y desarrollo, cuando no se articula con la innovación, como fuente de ideas, que crean valor para los diferentes grupos de interés empresarial y que generan resultados concretos.

Se precisa trascender los bienintencionados, y aún válidos, sentido común e intuición, por herramientas de gestión que de forma concreta y aterrizada orienten el proceso de toma de decisiones sobre el curso de acción corporativo hacia los futuros deseables. Para este cometido de intervención, sea desde la alta dirección y/o desde la consultoría, se requiere de una nueva clase de gestores y de seres humanos, que haciendo del conocimiento una categoría instrumental, propendan por la transformación de las organizaciones y de la sociedad, como categoría propiamente finalística.

Desde esta perspectiva, es necesario develar diferentes mitos que se desprenden de los más razonables planteamientos de las ciencias empresariales, en contraste con las realidades que se evidencian en el quehacer corporativo cotidiano, y que en última instancia motivan, de una parte, la formalización para la gestión de organizaciones y, de otro lado, la formación del capital humano llamado a que la asuma, de una manera eficiente en lo económico y eficaz en lo social.


Fuente: Universidad Cooperativa de Colombia