Todos hemos oído cientos de veces
que las drogas son peligrosas y que su consumo puede destrozarnos la vida.
Sabemos también que conducir un vehículo habiendo consumido drogas tiene
consecuencias nefastas en la conducción. Sin embargo, cada vez son más los
conductores que dan positivo en los controles antidroga, llegando incluso a
detectar que 1 de cada 2 conductores implicados en accidentes ha consumido
alguna sustancia ilegal.
Si consumes drogas no tienes todo
controlado. En un momento de euforia parece que puedes conseguir todo, pero
bajo los efectos de las drogas no se piensa con claridad.
- Cannabis: Provoca una sensación de relajación que puede producir somnolencia al volante, altera la percepción del espacio lo cual impide calcular bien las distancias, disminuye enormemente la capacidad de reacción del conductor, la capacidad de concentración y los reflejos.
- Cocaína: Te vuelve impulsivo, competitivo, e incluso agresivo con los demás conductores, produce una falsa sensación de control, altera la percepción del entorno de tráfico y disminuye la capacidad de concentración, por lo que es más fácil sufrir una distracción y aumenta el tiempo de reacción ante una situación de peligro.
- Éxtasis (MDMA): Produce ilusiones ópticas y aumenta la sensibilidad a la luz, por lo tanto, aumenta la posibilidad de sufrir deslumbramientos o episodios de visión borrosa, disminuye la atención y la capacidad de concentración en el tráfico, tras los efectos inmediatos del consumo se produce una sensación de agotamiento físico y mental y provoca la vivencia de flashbacks al volante.
- LSD: Origina cambios de percepción de la realidad, llegando a provocar, incluso, alucinaciones o visiones imaginarias, causa alteraciones emocionales, que dependen mucho del estado de ánimo de la persona que las consume y puede ocasionar ansiedad e incluso pánico durante la conducción.
- Anfetamina: Provoca una sensación de euforia y excitación, origina reacciones violentas y/o inexplicables y, por lo tanto, incomprensible para los demás conductores y causa una sobrevaloración de las propias capacidades, por lo que se aumenta el nivel de riesgo en la forma de conducir.
También hay medicamentos que
pueden provocar efectos como somnolencia, euforia, malestar repentino que
tienen consecuencias nefastas en la capacidad de conducir. Si estás tomando
algún medicamento, lee siempre el prospecto antes de ponerte a conducir.
Ya no tienes excusas, si consumes
no conduzcas sé consecuente e impide que lo haga cualquier persona que haya
consumido.
Fuente: fundacionmapfre