En la carretera no estás solo


El exceso de velocidad siempre actúa como un factor multiplicador en un accidente de circulación, agravando en un 60 por ciento las consecuencias de un accidente. Un informe de la OMS establece que a partir de 80km/h es prácticamente imposible que un peatón se salve en un atropello.

Hemos oído estos mensajes en muchísimas ocasiones y sabemos que la velocidad mata, sin embargo el número de accidentes por esta causa sigue aumentando. Con la campaña queremos insistir en que para circular de forma segura es necesario respetar los límites establecidos, controlar el acelerador y adecuar nuestra velocidad a las características de la vía y a las condiciones meteorológicas.
Cumplir con los límites legales de velocidad podría evitar una cuarta parte de los muertos en accidente de tráfico. La velocidad debe ajustarse a las condiciones de cada momento, pero sin olvidar que hay límites de velocidad genéricos y específicos. Efectivamente, la velocidad más segura, la velocidad adecuada, depende de muchas cosas: las circunstancias del tráfico, nuestro coche, la climatología…  aunque tampoco  hay que olvidar que ir exageradamente lentos puede ser muy peligroso y, en algunos casos, ilegal.
Algunos países entienden que la mejor opción es limitar la velocidad máxima aunque puede suceder que en otros países, donde el límite de velocidad sea más elevado, se produzcan menos accidentes.

Esto nos indica que lo importante es respetar la velocidad máxima establecida para cada vía de circulación junto con las normas de conducción establecidas.

Hay factores que inciden directamente en las estadísticas de siniestralidad por velocidad, la edad del conductor, el tipo de desplazamiento, la familiaridad con la carretera pero el control de la velocidad nos afecta a todos. No estamos solos en la carretera y un error de un conductor puede tener consecuencias fatales para los ocupantes de otros vehículos. No podemos prever los comportamientos de los demás, pero si podemos mantener el control sobre nuestro vehículo y la velocidad a la que circulamos para que los tiempos de reacción en caso de situación de riesgo sean los óptimos.

La mejor medida de seguridad vial eres tú. 

Fuente: fundacionmapfre