Mejoramiento continuo: una tarea de todos los días

Opinión USTA INTER 3MAR

No dejemos que pase un solo día de nuestra vida sin haber mejorado en algún aspecto de ella, ya sea en el ámbito familiar, personal, medio ambiental, laboral, entre otros.

¿Cómo sería si olvidáramos que esta tarea no es un trabajo de los demás y comenzáramos el cambio con nosotros mismos? Sin duda, esta sería la mejor manera de empezar a cambiar el mundo, porque podríamos ser un modelo para incentivar a las personas con las que compartimos a diario para que sigan nuestro ejemplo.

La base de mi observación recuerda a un viejo refrán, “La superación personal empieza por la aceptación de sí mismo, reconociéndose uno tal como es, con sus virtudes y sus defectos”. Este refrán, que pareciera hacer referencia a la vida personal, también apunta a la planeación y evaluación de procesos logísticos de producción y administración. Es decir, ésta es la manera como empieza el análisis de las debilidades o puntos endebles de cualquier operación o proceso dentro de una institución.

Los defectos o problemas constituyen aspectos que debemos superar para iniciar, progresivamente, el camino de la mejora continua en cualquiera de los dos ámbitos descritos.

Un proceso de cambio debe plantearse a través de una necesidad, insatisfacción, crisis o determinado reto, aspectos que al ser identificados deben arrojar una evaluación de los escenarios y medición de resultados, que nos permitirá saber “dónde estábamos parados” antes de las acciones y dónde estaremos después de ellas. Ese cambio, además, debe contar con una metodología adoptada como “know how” que servirá como estándar de calidad y nos identificará con un nivel de servicio aceptable para cualquier cliente, brindándole una calidad por encima de sus expectativas.

Cuando dejamos de esforzarnos día a día por mejorar nuestros procesos, caemos irremediablemente en el conformismo y el letargo en el que muchas instituciones y colabores lo hacen, debemos recordar que el mejoramiento continuo es justamente eso, una tarea de todos los días. No podemos pensar que no hay nada por mejorar, ya que cada día se encuentran novedosas estrategias para aplicar en nuestro sitio de trabajo, en el servicio a nuestros clientes, y en todas y cada una de nuestras actividades.

Optimización como cultura

Como ejercicio mental es recomendable no ser conformista. Si se alcanza un buen nivel de calidad que permite desarrollar la actividad normalmente, ¿por qué no intentar mejorar?, ¿por qué no ser más productivos y hacer más con los mismos recursos?, ¿porqué no maximizar dichos recursos en beneficio de ser más eficientes en el ámbito personal y laboral?
Fuente: Mg. Rodrigo Castelazo Torres