Ir muchos pasos delante del consumo de
alcohol, de sustancias psicoactivas y de los factores físicos que afectan a los
conductores en nuestra compañía es una tarea que sí se puede hacer; además
corresponde a un compromiso con el país entero, teniendo presente que su radio
de acción se desarrolla en espacios públicos.
Esta es una invitación a evaluar las siguientes estrategias. Es posible que muchas de ellas se puedan ajustar a sus programas de gestión de riesgos:
- Documentar el proceso de trasporte, planeando y optimizando recursos, estableciendo indicadores de operación, evaluando posibilidades de mejora.
- Aplicar estrictas pruebas psicotécnicas al proceso de selección, definiendo, entre otros aspectos, las características físicas y psicológicas que debe tener el personal de esta área.
- Desarrollar un detallado programa de inducción y/o capacitación en el que debe quedar clara la filosofía de prevención de riesgos de la compañía. Este primer encuentro con el trabajador es vital, porque se traduce en el momento en que se genera un “contrato psicológico” donde la compañía expresa qué necesita del trabajador para que se cuide y se desempeñe óptimamente en el cargo; a su vez, la compañía comparte su compromiso para el alcance conjunto de objetivos.
- Incluir en los programas de capacitación un capítulo especial sobre manejo de la fatiga, prevención y consecuencias del alcohol y las sustancias psicoactivas al momento de conducir, así como manejo defensivo, entre otras.
- Inculcar permanentemente los valores del autocuidado y mutuo cuidado a través de diferentes programas de capacitación, medios de comunicación y espacios formales o informales. Si en una escala de 1 a 10 el promedio del compromiso con el autocuidado por parte de su personal es 10, el del personal específico de transportes debe ser 12, teniendo presente que esta actividad se desempeña en espacios públicos.
- Planear la frecuencia, tiempos y distancias de rutas sobre los conceptos de seguridad y de mundo real. Los tiempos record y las jornadas extensas son muy poco seguros.
- Decretar como obligatorias las pausas activas en los conductores e incluir estos tiempos dentro de la planeación normal de las rutas. Una buena medida para tener en cuenta es parar cada dos horas o cada doscientos kilómetros. El sueño y el cansancio físico y mental son tan graves como el licor o los psicoactivos al volante.
- Realizar pruebas aleatorias de alcoholemia y psicoactivos, especialmente los lunes y días después de festivos o de celebraciones especiales.
- Gestionar los riesgos psicosociales con todo el personal, incluidos los conductores. Es importante que las personas dispongan de un ambiente sano de trabajo, de esta manera contribuimos a su salud y facilitamos el buen desempeño.
Contar con trabajadores
calificados es el objetivo de nuestra empresa.
Es un imperativo capacitar a nuestros
empleados para que controlen los riesgos viales. A su vez estamos en la
obligación de recordarles que las dos principales causas de accidentes de
tránsito en el país son el exceso de velocidad y el alcohol, y que ambas
situaciones se controlan desde el autocuidado y el mutuo cuidado.
Fuente: Sura